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12 de octubre de 2012

Al volver, el invierno.

¿Porqué el invierno este año ha llegado tan pronto? Allí, al encender la luz y verse delante del espejo, solo, intuyendo su presencia, la de ella, incierta en cada sombra, en cada reflejo de luz, la soledad le ahogaba hasta casi llorar. Y sin embargo, ¿porqué no salen las lágrimas? Tal vez, porque el recuerdo de cada pedacito de vida vivido a su lado, hace que el vacío interior niegue la emoción de haberla perdido. O porque ella había decidido que tanto tiempo separados era demasiado, que la distancia aleja más que la vida, y que la única manera de volver a respirar era dejar de hacerlo a su lado. ¿Donde estará su espacio, ahora? Ya qué más da, deseaba pensar, aunque no podía evitar el dolor al sentir que no volvería a ver su sonrisa, ni intuir el olor de su pelo, ni abrazarla al despertar, y eso le atravesaba el alma ya rota. No sabía porqué, ni si había otro, o si algún dia podría recomponerse, rehacerse de este naufragio, pero ahora mismo lo que reflejaba el espejo no es lo que él había sido, ahora solo se podía ver los restos de su soledad. Sin el cuerpo de ella detrás del suyo, como era todo antes de su invierno. Y sin embargo, ahora solo le quedaba regresar, aunque el camino de vuelta a la realidad es siempre el más duro, el más difícil de caminar, ya que los pies están cansados de tanto buscar y perder. Y tener que hacerlo en soledad da miedo, por tropezar y antes de caer no tener su mano para agarrarse. ¿Donde estará? Pero sobrevivir ahora es olvidar, y él lo sabe. Sin embargo, ¿cuántas innumerables veces más tendría su reflejo imaginado detrás? Porque por mucho que lo desease, nunca volvería a tenerla a su lado, sonriéndole mientras ella peinaba su pelo con los dedos. Ahora ya solo le quedaba olvidar el ayer, y aceptar que después del frío invierno, casi siempre vuelve la primavera. Solo es cuestión de esperarla, para vencer a la tristeza y la soledad.